Guía Breve para la Meditación

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A razón del actual crecimiento de la estupidez humana comenzamos estas palabras que nos darán las directivas capitales y más importantes para que podamos meditar.
Recordar siempre que sin una imantación por Dios, sin que el alma sienta esa imantación por el Padre de todas las cosas, es muy difícil para la criatura humana, lograr éxito en dicha empresa, es decir, el alma nuestra debe sentir esa imantación por lo Divino para que la meditación sea exitosa.
Esa imantación por lo Divino que se desarrolla en el alma del hombre, no es algo que nace en la generalidad de los mortales, digamos, súbitamente, sino algo que debe ser cultivado. No olvidarnos entonces de esa imantación por Dios tan necesaria para la meditación.
Recordemos también que meditación no es un método, no hay una metodología especial que pueda llevarnos a la meditación exitosamente; tampoco se logra por medio de una técnica especial. No somos un aparato, no somos un mecanismo, no somos un auto que se ensambla en una fábrica. HAY QUE DARLE TODA LA VIDA A LA MEDITACIÓN. Recordar que la verdadera meditación es una acto de Amor entre Dios y el alma.

UN ALMA ENAMORADA DE DIOS MEDITA CON MAYOR FELICIDAD Y FACILIDAD QUE UN ALMA QUE NO LOGRA ESTARLO.

La meditación, a su vez, no es budista, ni hindú, ni cristiana, ni musulmana, la meditación, como la luz del Sol se comparte con todos los credos y todas las religiones, pero no es una posesión de ninguna de ellas en particular.

LA MEDITACIÓN ES UN CAMINO DE BÚSQUEDA; POR ÉL, POR ESE CAMINO, ANHELAMOS HALLAR SERENIDAD PARA NUESTROS ESTADOS DE CONCIENCIA, ANHELAMOS HALLAR FELICIDAD Y PAZ INTERIOR.

Tener presente que una mente mundana no logra meditar ni se siente inclinada a hacerlo. Hay una ley milenaria que nos enseña: a mayor apego a las cosas del mundo, apego al poder sobre la Tierra, apego a la fortuna material, apego a la gloria, a la fama, etc., menor es nuestra aspiración por lo espiritual y a la inversa, cuando la atracción por lo espiritual es poderosa, tendemos a abandonar todo lazo excesivo con las cosas mundanas y entonces el sitio que esas cosas mundanas no ocupan en la casa de nuestra alma, la ocupa esa divina sed por lo elevado, en este caso, por la meditación.
Tener también presente que no se logra una buena meditación a través de ninguna técnica respiratoria, ninguna postura del cuerpo físico en especial, sino que todo eso va a llegar de manera natural cuando se establezca una determinada y, digamos, casi perfecta conexión entre el acto meditativo y la conciencia (Imantación o Amor Divino).

LA NECESIDAD DE UN MAESTRO

También recordar que es preciso la dirección de un Maestro que nos conduzca en el arte de la meditación.

CUANDO HABLAMOS DE UN MAESTRO, POR FAVOR ENTENDAMOS UN ALMA, CUALQUIER ALMA QUE CON TODA HUMILDAD SE ACERQUE A NOSOTROS PARA LLEVARNOS DE LA MANO HACIA ESE HORIZONTE DE LUZ.

No queremos, al hablar de un Maestro, significar con ello, una especie de super-santo o un super-gurú o un super-sacerdote, porque de acuerdo a las condiciones del discípulo es el Maestro.
Cuando hablamos de la necesidad de un Maestro, para nosotros, será suficiente alguien que con humildad haya peregrinado por el sendero de la meditación, antes que nosotros, y que haya aprendido lo básico sobre este Divino Arte y deberíamos estar agradecidos a la vida que nos da la gloria de haberlo encontrado.

LA PREPARACIÓN ANTES DE LA MEDITACIÓN

meditar.gifAsí pues, el Maestro es necesario, y también es necesaria la preparación de la mente antes de la meditación.
ES CONVENIENTE SIQUIERA LA LECTURA DE UN LIBRO ESPIRITUAL POR ESPACIO DE VEINTE O TREINTA MINUTOS ANTES DE ABOCARNOS A LA MEDITACIÓN, porque una mente que llega de su trabajo, de su oficina, de sus menesteres y se encuentra totalmente poseída por todo cuanto vio y todo cuanto experimentó en el mundo, raramente se halla proclive a inclinarse hacia el acto meditativo; necesita más bien una purificación y esa purificación puede ser conquistada por una lectura conveniente, una lectura de un libro espiritual.
A su vez, también es muy importante que mientras lo estemos leyendo, recordemos relajarnos; hacer un ejercicio de relajación antes de la meditación, es muy importante. Sentarnos, relajarnos, escuchar lo que leemos en ese libro espiritual y luego comenzar con nuestras prácticas meditativas.

ALGUNAS IDEAS DEL CRISTIANISMO

Se nos dice en «Las Moradas» o «El Castillo Interior» de Teresa de Avila que LA PUERTA QUE ABRE ESE CASTILLO INTERIOR DE NUESTRO ESPÍRITU, DONDE DIOS MORA EN SECRETO, ES LA ORACIÓN.
Y dice que «la persona que reza pero sin advertir, sin darse cuenta con quién habla y lo que pide, en realidad no hace oración».
Oración y meditación no son muy diferentes para el principiante, recordar entonces que para ingresar a nuestro Castillo Interior es importante la «puerta de la oración».
También los cristianos hablan de los «logismoi» o sea, los pensamientos, no todos, sino los pensamientos que son dañinos para la elevación espiritual. Ellos llaman «logismoi» a los pensamientos, impulsos, pasiones, vicios, etc., y todo ello es lo que el hombre debe combatir a través de la sobriedad, a través de la vigilancia, llamada «nepsis» en el vocabulario técnico de la espiritualidad cristiana oriental.
A esa «nepsis» a veces también se la traduce como un estado de atencionalidad, un estado de vigilancia del corazón sobre todo cuanto acontezca en su reino para que el mismo permanezca purificado y pueda ingresar luego al mundo de la oración, al mundo de la meditación.
Es importante recordar una vez más que la puerta para ingresar al Castillo del alma es la oración.

SI NO TENEMOS ORACIÓN ES MUY DIFÍCIL INGRESAR AL CASTILLO DEL ESPÍRITU.

Por eso Santa Teresa dice que cuando estamos en esta clase de estudio no hablamos de las almas tullidas sino de las otras que ya tienen un anhelo por ingresar a ese Castillo Interior. Nos dice que con ella ingresan sabandijas (las pasiones) que no le permiten ver la hermosura de ese maravilloso Castillo, pero que con el andar de las horas y de los días y de los años, todos esos placeres del demonio –nos dice ella– van a quedar en el mundo y el alma del hombre va a lograr tener una especie de nupcias con el Señor de la Gran Morada, el que está en ese centro, en el Castillo Interior.
Recomendamos a todos los que lean estas breves páginas, que adquieran «Las Moradas» de Santa Teresa. Su lectura debe ser muy atenta y concientizada.
Otro libro que también recomendamos es «Consejos a los ascetas» de Teófano el Recluso (Colección Ichthys). Recomendamos también otro pequeño libro de la misma colección que se llama «La oración Interior, antología de autores espirituales».

ACERCA DEL «OM»

Om437982742.jpgY para seguir avanzando en la senda de la meditación, recordamos que en occidente se ha popularizado mucho la recitación de un monosílabo conocido con el nombre de «OM».
Ese Monosílabo «OM» es profundamente estudiado por los hindúes. Sabemos que los Upanishads de la India son sus Libros Sagrados y que hay más de ciento cincuenta, siendo más o menos entre nueve y diez sus más tradicionales y ortodoxos.
De todas maneras, nosotros, vamos a hablar al respecto aquí; transcribimos las palabras de un Gran Maestro:
«La recitación del «OM» es la expresión de un lenguaje universal; un lenguaje que lleva dentro de sí mismo a todos los otros. El mismo órgano vocal en la recitación del «OM» o «PRANAVA» vibra de un modo muy especial. Cuando pronunciamos las letras «A», por ejemplo, «B», «C», etc., trabaja sólo una parte de nuestro sistema vocal, pero cuando recitamos el «OM», la entera cavidad o caja sonora comienza a hacerlo. Esto puede ser experimentado por cualquiera de nosotros y luego pueden observarse los resultados, la totalidad de nuestra caja sonora comienza a funcionar y no solamente una parte de ella. Además, se piensa que todos los otros lenguajes, se hallan contenidos en el monosílabo «OM» por el hecho de que en la recitación del «OM» vibran todas las partes del órgano vocal y por ello, cada palabra, cada frase, debería hallarse de algún modo incluida en esa raíz sonora que se crea cuando el «OM» es cantado, y no solamente esto, la recitación del «OM» posee otro significado. El canto o la expresión de cualquier nombre particular produce una vibración en nosotros. Tenemos un sentimiento que es generado dentro nuestro por la pronunciación de un nombre; así por ejemplo, si digo lápiz, si digo libro, si digo goma de borrar, son nombres para ciertos objetos, y luego, cada uno de nosotros sabe que al pronunciarlo aparecen las ideas pertinentes a aquel objeto que estamos pronunciando. No son pues, simples palabras, sino que son vibraciones que están comunicando a todo nuestro ser por medio de esas palabras una cierta vibración».
«TAMBIÉN CUANDO DIGO «OM», QUE ES UNA VIBRACIÓN UNIVERSAL, OTRA VIBRACIÓN SE PRODUCE DENTRO DE MI SER POR MEDIO DE LA CUAL ME ACERCO A AQUELLO QUE HA HECHO POSIBLE LA GENERACIÓN DEL MUNDO«.
«Así pues, el «OM» es una vibración omniabarcante; cuando cantamos el «OM» tratamos de crear dentro nuestro una vibración afín con toda la vibración cósmica para que podamos encontrarnos a tono con el Universo».
«Nosotros fluimos con la corriente del mencionado Universo cuando recitamos el «OM» produciendo una vibración armoniosa en nuestro sistema corporal y psicológico. EN VEZ DE SEPARARNOS DEL MUNDO, FLUIMOS DENTRO DE SU CORRIENTE Y EN VEZ DE PENSAR INDEPENDIENTEMENTE COMO EGOS COMENZAMOS A PENSAR UNIVERSAMENTE COMO ESPÍRITUS«.
«Del mismo modo, en vez de pensar en relación con los objetos separados unos de los otros, pensamos en términos de «nada en absoluto»; es decir, es un pensamiento que se piensa a sí mismo y no lleva en su interior ningún objeto. ¿Podemos acaso imaginarnos un pensamiento que se piense a sí mismo? Ese es el pensamiento del SER. Cuando un pensamiento piensa en un objeto, ese es el pensamiento del ego. Repetimos: cuando el pensamiento piensa en sí mismo, ese es el pensamiento del SER. Es la Voluntad del SER. Y cuando recitamos el «OM» de manera correcta, con entendimiento de su verdadero significado, no pensamos en nada en particular, pensamos en todas las cosas en general».
«Ese es el Pensamiento de Nuestro Señor. EN ESE MOMENTO NO PENSAMOS; ES DIOS QUIEN PIENSA A TRAVÉS DE NOSOTROS, Y VALIÉNDOSE DE NUESTRA MENTE INDIVIDUAL«.
«Como personas, dejamos de ser por ahora. Existimos como la cosa en sí misma, o sea el SER, o la ESENCIA, o el ALMA, o el ESPÍRITU, etc., muchos nombres para una sola Verdad: DIOS EN NOSOTROS. Él no existe como un ego referido o conectado con otros objetos. Nosotros como personas, existimos siempre en relación con algo: mi casa, mi familia, mi país, mi cuerpo, mi profesión, mis amigos, etc., etc. En cambio, Dios –el SER EN MI– existe pero no en relación a otra cosa sino a Sí Mismo. Debemos pues, purificar los pensamientos y sentimientos, si lo que anhelamos es ese estado de SER , que nos lleva a existir como Naturaleza Universal. Tratamos por medio de la recitación del «OM» de fluir dentro del SER de Dios como ríos que tratan de ingresar en el corazón del océano. Somos como corrientes deseosas de penetrar en el mar y así como por la inclinación de las aguas los ríos se sumergen en él, así también por el poder de la vibración del «OM» ingresamos a la Forma Universal de Dios».
«Cuando recitamos el «OM» de manera adecuada ingresamos al estado meditativo. No estamos emitiendo meramente un sonido, una palabra o una frase, sino creando una vibración».
«Estamos pues, repetimos, creando una vibración, y ¿qué clase de vibración? No una que nos agita o nos irrita o crea un deseo por un objeto en particular en nuestra mente, sino una vibración que sumerge todas las otras vibraciones particulares, que pone fin a todo deseo, que extingue o apaga toda ansiedad y crea un anhelo por lo Universal».
«COMO EL FUEGO QUEMA LA PAJA, ESTE DESEO POR LO UNIVERSAL QUEMA TODOS LOS OTROS DESEOS«.
«Una recitación del «OM» aunque sea tres veces por día hecha de modo correcta es suficiente para destruír todos los pecados, hacer que cesen todos los deseos y lograr que uno se halle sereno, quieto y satisfecho dentro de sí mismo».
«LA PRUEBA DE UNA CORRECTA RECITACIÓN DEL «OM» ES QUE UNO DEVIENE MENTALMENTE SERENO, SINTIÉNDOSE SATISFECHO CON LO QUE ES Y CON LO QUE TIENE»
«Cuando se sale del estado meditativo con un deseo persistente, ello simplemente significará que nuestra contemplación no ha sido correcta. El deseo por cosas materiales se hallaba oculto dentro nuestro mientras estábamos en estado de contemplación. Aún el canto del «OM» no fue realizado adecuadamente. El canto del «OM» debe ir unido al pensamiento de lo Universal.
«Eso pues, es meditación. Ese «OM» carece de pasado, de presente y de futuro y, como lo Universal, se halla más allá del tiempo. Esa es la descripción maravillosa que tenemos nosotros del «OM». Todo lo que se halla en el tiempo, sea pasado, presente o futuro es «OM» y no sólo esto, sino que lo que se halla más allá del tiempo es también «OM». «OM» tiene una doble naturaleza, ya que es temporal y es Eterno. Simboliza toda la creación pero también tiene una Naturaleza que la trasciende. El «OM» pues, es Existencia, es Conciencia y es Bienaventuranza. Recordar eso cuando estamos recitando el «OM».

«PARA CANTAR EL «OM» HEMOS DE SEGUIR EL RITMO DE NUESTRA RESPIRACIÓN. NO DEBEMOS QUERER PROLONGARLO DEMASIADO, NI TAMPOCO DEBEMOS HACERLO EXCESIVAMENTE CORTO«.

No puede ser recitado entonces, ni de manera muy breve ni tampoco en forma muy extensa. No debemos agitar la respiración, ni molestar a los pulmones.
Así pues, esto que llevamos dicho es con respecto al «OM».

TRES ELEMENTOS FUNDAMENTALES PARA LA MEDITACIÓN

Ahora, es importante que sepamos también que para llegar a la meditación necesitamos de tres elementos fundamentales:
Primero: El poder del DISCERNIMIENTO.
Si lo queremos decir en el viejo idioma sánscrito del oriente, es: NITYA (Dios), ANITYA (No-Dios), VASTU (Cosas), VIVEKAHA (Discernimiento), es decir tener VIVEKA o Discernimiento es «diferenciar lo que es REAL (Dios) de aquello que no lo es». Debo pues, tratar de discernir entre lo Real y lo irreal. Si yo anhelo una mayor espiritualización, una transparencia de mi espíritu en todos mis actos, si eso es lo que yo deseo, me acerco a lo Real que es Dios en mí, Dios en todas las criaturas, Dios en mis semejantes.
Lo Real está más allá del tiempo. Puedo captarlo en el tiempo, de hecho, si estoy manifiesta como criatura. La criatura capta la realidad en el tiempo, pero eso que captamos en un instante no pertenece al instante en que es captado; ese instante se transforma en Eternidad.

LO IRREAL ES TEMPORAL.

Por ejemplo, los deseos que agitan la mente. Un deseo nace y la conmociona, llena de ansiedad a la mente y le quitan su paz, es por esto que los libros de SABIDURÍA NOS DICEN QUE UNA MENTE SIN DESEOS NO TRABAJA. LA MENTE SÓLO TRABAJA SI HAY DESEO.
Para una meditación fructífera, hemos de permanecer calmos y sin agitar la mente.
Repetimos una y otra vez:
LA CLAVE PARA AQUIETAR LA MENTE ES NO TENER DESEOS.
Además, hemos de entregar todo el tiempo que podamos a los ejercicios de meditación.
Tiempo es vida, pongamos la vida en la meditación y nos hallaremos cada día más felices y serenos.
Así pues, hemos dicho que primeramente necesitamos DISCERNIMIENTO.
En su verdadero significado, ese PODER DE DISCERNIR ES IDÉNTICO AL PODER DE AMAR A DIOS. CONOCIMIENTO (ESPIRITUAL) Y AMOR SON UNO SOLO. NUNCA DEBEMOS VERLOS COMO DOS CONCEPTOS DIFERENTES.
Segundo: PERSEVERANCIA.
Ese Amor-Discernimiento fructificará, como decimos, con perseverancia.
Tercero: SINCERIDAD.
Esa perseverancia que mencionáramos debe hallarse pletórica de Sinceridad.
No debemos realizar nuestras prácticas de meditación por obcecación, o violentando nuestra naturaleza. Necesitamos para ello sinceridad, ser honestos, estar convencidos de lo que buscamos con ello y en lo que creemos.

LA LECTURA DE LOS GRANDES LIBROS

Es cierto que en el comienzo nos sentiremos muy débiles y no sabremos de dónde extraer las fuerzas necesarias para la meditación.
PARA HALLAR ESA FUERZA ES SUPREMAMENTE IMPORTANTE LA BUENA LECTURA DE LOS GRANDES LIBROS.
Aconsejamos conseguir «Las Moradas» de Santa Teresa o «El Castillo Interior». Aconsejamos también conseguir el Bhagavad Gita hindú; está en casi todas las librerías.
Transcribimos aquí de este último libro las condiciones que, se dice, debe tener el aspirante a la luz, el aspirante al DISCIPULADO ESPIRITUAL.
Recordar que hasta que no se logre una higiene mental, y eso es lo más difícil para el ser humano, hasta que no se logre, repetimos, una higiene mental, es muy difícil abocarse a la meditación.
SI LA MENTE SE ENCUENTRA EN UN ESTADO DE TURBULENCIA, SI LA MENTE SE HALLA AGITADA, LA MEDITACIÓN ES DIFÍCIL.
Por lo tanto, repetimos, una buena lectura la aquieta, una buena lectura es como algo que la extrae del mundo y la lleva a una esfera celeste de paz, y en esa paz, sí, puede ella lograr su meditación.

PÁRRAFOS EXTRAÍDOS DEL BHAGAVAD GITA

Este libro se llama en nuestra lengua: «El Canto del Señor».
Nos dice así en su Capítulo Decimosegundo llamado «Yoga de la Devoción». Recordemos que la palabra «Yoga» viene de la raíz «YUG» que significa «unión del Alma con Dios».
Leerlo, si se tiene el Libro y escucharlo con toda paz, muchas, muchísimas veces, en realidad, toda la vida.
Comenzamos:
«Quien no malquiere a ser alguno, el amable y compasivo, libre de afecciones y egoísmo, ecuánime en la dicha y en la pena, indulgente. Siempre gozoso, en armonía con su regulado Espíritu» (en el Libro dice «Yo» en realidad ese «Yo» con mayúscula es equivalente a Espíritu o en el Oriente «Atman»).
Repetimos: «siempre gozoso, en armonía con su regulado ATMAN, de voluntad resuelta, con mente y discernimiento posados en Mí, ¡oh devoto Mío!, él es a quien Yo amo» (ese «Yo» está por Krishna que es la encarnación de Dios en la Tierra para India. Entonces dice así: «…él es a quien Dios ama…»).
«Quien no conturba al mundo ni el mundo le conturba» (o sea, quien no agita las cosas, quien no molesta a las cosas), «que está libre de las inquietudes del goce, del temor y de la cólera, él es a quien Dios ama» (en el Texto dice: «…él es a quien Yo (Krishna) amo…»).
«El que nada desea, el que sin pasión, sereno, experimentado y puro renuncia a toda empresa, él, oh devoto mío es a quien Dios ama»
Luego nos dice en la sloka (verso) 17:
«El que ni se apasiona, ni aborrece, ni se aflige, ni desea y con plena devoción renuncia al bien y al mal…», o sea, renuncia a todo lo que en el mundo se realiza y se sitúa ahora ya en el corazón de Dios, como hacen los monjes que se alejan de la vida en el mundo. Esto es importante comprenderlo correctamente, porque no es que renuncia al bien tal como nosotros lo entendemos usualmente, sino que renuncia a los compromisos dentro del mundo, y se eleva a la adoración del Sumo Bien que es Dios. Finaliza el verso diciendo: «Él es a quien Yo amo»
«Quien inalterable se mantiene ante el amigo y ante el enemigo, en la fama y en la ignominia, en el calor y en el frío, en la dicha y en la pena, libre de afecciones, que por igual recibe la alabanza y el vituperio. Silencioso, del todo satisfecho con lo que le sucede, sin hogar propio, de mente firme y plena devoción, él es a quien Dios ama. Más en verdad aquellos devotos llenos de fe para quienes Dios es el Supremo Objeto y participan de esta vivificadora Sabiduría que aquí Dios te reveló, ellos son a quienes el Señor predilectamente ama».
Recordar también el Capítulo 18 (el último), y leerlo muy detenidamente, cuando dice a su discípulo:
«Sumerge tu pensamiento en Mí, sé Mi devoto, sacrifica en Mi honor, póstrate ante Mí y de este modo llegaras a Mí, te lo prometo en verdad porque te amo «.
Cuando nos dice: «Sumerge tu pensamiento en Mí», es «…tu pensamiento y tu corazón en Mí», puesto que en la India no se hace una marcada diferencia entre mente y corazón.

LO QUE LA MENTE PIENSA, EL CORAZÓN SIENTE, Y LO QUE EL CORAZÓN SIENTE, PIENSA INMEDIATAMENTE LA MENTE, DE MANERA QUE ESTOS DOS ÓRGANOS ESTÁN EN EXTRAORDINARIA UNIÓN.

Entonces pues es: «Sumerge tu mente-corazón en Dios, sé devoto de Dios, sacrifica las pasiones de tus sentidos en honor a Dios, póstrate ante Dios y de este modo llegarás a Dios. Dios te lo promete en verdad, porque te Ama».
Y cuando dice: «Desiste de toda religiosa obligación», se refiere a los meros rituales externos del que simplemente cumple una actividad mecánica en su iglesia, o sinagoga, o pagoda, etc., y no realiza oración espiritual alguna, ni sabe hallar en Dios su único refugio. Por eso le dice, «…desiste de toda externa apariencia religiosa y halla en Dios tu único refugio, no te aflijas, Dios te librará de toda culpa».
Y luego dice:
«Nada digas de esto al hombre mundano, ni al impío, ni al que no quiere oír la palabra de Dios, ni al que de Dios maldice. Pero quien con sublime devoción divulgare este secreto entre Mis devotos llegará hasta Mí sin duda alguna».
«Nadie entre los hombres podrá ofrecerme más grato servicio, ni otro hombre alguno será tan amado por Mí sobre la Tierra. Y el que meditare este, nuestro santo coloquio, por él me adorará por sacrificio de Sabiduría, tal es Mi Voluntad. Y también el hombre que lleno de fe lo escuchase tan sólo, sin escarnio, alcanzará, libre de mal, el esplendente mundo de los justo».
Queremos también recordar lo que dicen los cristianos:

«LO ESENCIAL CONSISTE EN PRESENTARSE ANTE DIOS CON EL INTELECTO ENCERRADO EN EL CORAZÓN Y PERSEVERAR ASÍ NOCHE Y DÍA HASTA EL FIN DE LA VIDA«.
«SUMERGE TU PENSAMIENTO EN MÍ,
SÉ MI DEVOTO,
SACRIFICA EN MI HONOR,
PÓSTRATE ANTE MÍ
Y DE ESTE MODO LLEGARÁS A MÍ».

PALABRAS FINALES

Resumiendo: no existe una técnica o metodología que pueda otorgar éxito rotundo en meditación. Piense el lector: ¿cuántas escuelas y grupos de meditación se conocen? Centenares. Esas escuelas, ¿pudieron hacer santos como San Francisco el cristiano, o Tukaran hindú, o Rahbia del Islam? Millones de hombres y mujeres meditan en todo el mundo, cada quien en su propia escuela, sea esta china, hindú, cristiana o japonesa. Se medita mucho, pero…se avanza poco. Vamos hacia la meditación, buscando «una técnica». Sentarse en la posición del loto, fijar la vista en el centro de la frente… fijar la vista en el corazón… arrodillarnos… estar de pié… Seguir a Cristo… seguir a Budha… seguir a Krishna…
La única verdad es que, mientras el corazón duerma para el Amor a Dios, no podrá avanzarse en el Sendero Espiritual. Un corazón dormido, no genera Vida Celeste. El lector debe poner su mayor atención en descubrir a Dios en todas las cosas, debe prestar su mayor atención a eso: AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS. ENTONCES, LA MEDITACIÓN SERÁ EXITOSA. Nunca antes. Todo libro con «técnicas» es mero balbuceo. Nos puede ayudar, pero lo cierto es que si no nos inclinamos a Amar al Señor, el alma nuestra seguirá perteneciendo al mundo de las cosas efímeras. Seguiremos encadenados, pero… eso sí, con un buen libro, y esa no es la solución. La solución está en el Amor al Señor.
Texto de Ada D. Albrecht

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