USB 3.0

Después de ocho años con el mismo estandar de USB, que nos permitía copiar archivos de 1 Gb en «menos de 5 minutos» de nuestro disco duro a nuestro dispositivo de almacenamiento masivo, y recargar nuestros aparatos en menos de 4 horas, porfin podemos decir que queda muy poco para que esto se acabe, pues Intel ya lleva más de dos años trabajando en USB 3.0, la nueva versión del protocolo.
Las especificaciones de este se basan principalmente en solucionar las limitaciones con las que se encuentra actualmente la 2.0, de forma que se ha aumentado la velocidad de transferencia y la cantidad de energía que puede trasmitir.
USB 3.0
Si en USB 2.0 el cable dispone de cuatro lineas, un par para datos, una de corriente y una de toma de tierra, en USB 3.0 se añade cinco líneas. Dos de ellas se usarán para el envío de información y otras dos para la recepción, de forma que se permite el tráfico bidireccional, en ambos sentidos al mismo tiempo.
El aumento del número de líneas permite incrementar la velocidad de transmisión desde los 480 megabits por segundo hasta los 4.8 gigabits por segundo o, aproximadamente, 600 megabytes por segundo. Por cierto, de ahí el nombre que también recibe esta especificación: USB Superspeed.
La cantidad de energía que transporta un cable USB resulta insuficiente en muchas ocasiones para recargar algunos dispositivos, especialmente si utilizamos hubs donde tenemos conectados varios de ellos. En USB 3.0, se aumenta la intensidad de la corriente de 100 miliamperios a 900 miliamperios, con lo que podremos cargar más dispositivos o hacerlo más rápido.
USB 3.0
Claro que este aumento de la intensidad podría traer consigo un menor rendimiento energético. Pero también se ha pensado en eso, y USB 3.0 utiliza un nuevo protocolo basado en interrupciones, al contrario que el anterior que se basaba en consultar a los dispositivos periódicamente.
El aumento de líneas en USB 3.0 provoca que el cable sea más grueso, un inconveniente importante. Si hasta ahora los cables eran flexibles, con el nuevo estándar estos tienen un grueso similar a los cables que se usan en redes Ethernet, siendo por tanto más rígidos.
Afortunadamente, igual que pasa entre USB 2.0 y USB 1.1 la compatibilidad está garantizada entre USB 3.0 y USB 2.0, gracias al uso de conectores similares, cuyos contactos adicionales se sitúan en pararlelo, de forma que no afectan en caso de usar algún puerto que no sea del mismo tipo.
USB 3.0
Intel finalizará este año el desarrollo de USB 3.0 para que a principios de 2010, empiecen a aparecer los primeros dispositivos compatibles con USB 3.0. Sin olvidar, claro está, a los fabricantes de sistemas operativos, que deberán disponer de drivers adecuados para este nuevo sistema.
Fuente: Xataka

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